Iruya y La Quiaca… Los limites de Argentina
Todas las personas que conocemos llegan a nuestra vida por un motivo o una razón, con esta filosofía es con la que comenzamos el viaje y con la que seguimos transitando el territorio Nacional.
Queremos hacer hincapié en esto antes de comenzar con el relato ya que la historia que sigue tiene lugar en esta aventura gracias a que sabemos leer las señales del destino. En nuestro camino a La Quiaca no habíamos planeado la visita a un pueblito del norte de Salta llamado Iruya, pero cautivados por las recomendaciones de mucha gente que conocimos en el camino, decidimos darle un lugar en esta travesía.
Iruya
La destreza y habilidad del conductor hicieron que llegáramos a destino sobre las 11.40hs sanos y salvos!! Al descender en Iruya un lugareño nos ofreció su casa como alojamiento, fue así como decidimos pasar la noche en el hospedaje de la Familia Velazquez (20 pesos por persona) que nos quedaba bastante cómodo desde la parada del colectivo ya que Iruya se caracteriza por sus empinadas calles que parecen detenidas en el tiempo.
San Isidro
Luego de deshacernos del equipaje emprendimos caminata a San Isidro, un pueblo de 330 habitantes, al que se accede en 4×4, caballo, burro o a pie. Nosotros, como no teníamos 4×4 ni animales y nos sentíamos en poder de un estado físico irreprochable, encaramos el sendero caminando. El recorrido se hace siguiendo el curso del Río Iruya que se escurre en la quebrada y cuyo cauce desciende en sentido contrario a nuestro andar. Su agua fresca nos hidrato y ayudó a que el trayecto de 2.30hs se hiciera mas ameno a pesar de ser pleno mediodía.
No tardamos en darnos cuenta que estábamos en el medio de la nada con un paisaje espléndido desde donde lo miráramos y que acaparaba nuestra atención en su totalidad. Cosa que tuvo repercusión en mas de un tobillo, ya que era prácticamente imposible no caer en la admiración completa de la naturaleza acaparando nuestros 5 sentidos y dejando de lado la dificultad del camino de piedras. No hubo caídas ni golpes considerables solamente alguna torcedura que merecía ser nombrada!!!Finalmente llegamos a San Isidro con la lengua fuera… Compramos una bebida fría y azucarada para recuperar energías!!! Comimos en un comedor (casa de familia) una mas que bienvenida milanesa con arroz!!
Emprendimos, luego de una merecida pausa, el camino de vuelta. El regreso fue más fácil ya que la primer hora y pico era en bajada!!! lo bueno de haber subido tanto era saber que a la vuelta lo deberíamos bajar…
Volvimos así a Iruya donde nos esperaban unos ricos mates, una ducha caliente y una cama que nos vería ir a dormir mas temprano de lo normal.
Mision llegar a La Quiaca
La Quiaca
Villazon
Yavi
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