North Canterbury… Kaikoura, Hanmer Springs & Christchurch
El sábado 24-12-11 salimos por la mañana desde Blenheim; previa despedida con Jonathon y con Ariel. Íbamos por la ruta S1 con dirección North Canterbury.
Kaikoura
Nuestra primera parada la haríamos en Kaikoura y, mientras nos deleitábamos con las vistas al mar extremadamente azul, volvíamos a sentir por el cuerpo esa extraña sensación de estar haciendo lo que realmente vinimos a hacer… VIAJAR!!! jejeje… paramos unas cuantas veces al costado de la ruta con la intención de encontrar “la” foto mas espectacular del sitio que se abría paso a nuestro andar.
Señales de luces… ¿Que esta pasando?
Algo que nos llamó mucho la atención fue que al ir por la ruta vimos que varias veces diferentes autos nos hacían señas de luces (cosa que nos pasó también con anterioridad), en un principio pensábamos que era porque, como la gente de aquí es tan simpática, nos dan la bienvenida de esa manera y nos saludan alegrándose de que estemos visitando el país.
Pero esta vez fue más descomunal, llegamos a pensar si tendríamos algo roto en el frente de la van o si alguna de las puertas se había quedado abierta pero no, asique después de que el último auto nos hiciera seña de luces pudimos divisar un patrullero a unos cuantos metros e, inocentemente, nos acercamos a preguntarle a este el por que de dicha actitud.
Javi bajo y le comento nuestra inquietud a lo que el policía contestó:- “Te hacen señas de luces para avisarte que estoy yo acá parado por las dudas que vayas muy rápido o no tengas cinturón o estés cometiendo alguna irregularidad”. Nos reímos los próximos km hasta llegar a destino por lo tontos que nos sentimos en aquel momento. Eso si desde ese entonces nos sumamos al “Aviso” de “policía cerca”!! jajaja!!!.
Llegamos a destino sobre las 10hs y luego de un paseo de reconocimiento por el centro seguimos avanzando hasta la explanada, donde almorzamos y nos tiramos un rato al sol.
Luego una caminata por el centro y pasamos el resto de la tarde en “Point Kean” desde donde partiría la caminata del día siguiente. Para pasar la Nochebuena elegimos la playa de “Jimmy Armers” donde cenamos y dormimos bajo un cielo cubierto de estrellas y al son de las olas del mar golpeando en la orilla.
El 25-12-11 salimos hacia el Point Kean, después de desayunar frente al mar, para emprender la caminata deseada. Kaikorua es muy conocida en Nueva Zelanda, por la variedad y cantidad de animales acuáticos que dejan verse desde su bahías.
Caminata desde Point Kean
En época de migración pueden apreciarse ballenas y delfines, y también, durante todo el año, asentamientos de lobos marinos y de pingüinos. Para eso hacíamos la caminata aquella mañana Navideña. El trayecto de 2hs iyv, atraviesa la península hasta llegar a South Bay.
Así lo hicimos, al rayo del sol matutino y con la típica brisa fresca del mar, nos aventuramos en lo alto de la montaña… eso sí, al regreso decidimos volver bordéandola, justo al ladito del mar para poder ver los animalitos marinos… pero es necesario también apreciar las vistas que ofrece el paisaje desde lo alto.
Por la tarde volvimos a la playa Jimmy Armers y nos quedamos allí una noche mas, eso si… no podía faltar el bautismo en el Pacífico!!! Toda una hazaña!!

El lunes 26-12-11 dejábamos atrás Kaikoura para comenzar el recorrido del “Alpine Pacific Triangle”, como su nombre indica, es el triángulo que forman tres ciudades principales del pacífico y los pequeños poblados que se hallan entre unas y otras en North Canterbury.
Hanmer Springs
La primera es Kaikoura que ya habíamos visitado, la siguiente, y a la que íbamos era Hanmer Springs y la tercer punta del triangulo es Waipara (pero no encontramos atractivo alguno para quedarnos).
Hanmer Springs es una pequeña villa al pie de la montaña, que funciona como centro de ski en invierno y como sitio de descanso y relajación en verano. Su atracción principal son unas piscinas de aguas termales que atraen a locales y turistas de todas partes.
Allí íbamos con la ilusión de poder pasar el día en ellas. Llegamos sobre la 10.30hs y la cola que llegaba hacia la otra esquina, para ingresar a las piletas nos trajo de nuevo a tierra y dijimos.. Ni locos!! queríamos tranquilidad, esa era la meta del viaje y el objetivo principal se desviaría si nos internábamos en aquellas piscinas abarrotadas de gente, niños corriendo, gritando y multitud de colas hasta para ir al baño.
Asique decidimos improvisar, algo que se nos da bastante bien. Fuimos al parque del pueblo que lleva su nombre y pasamos el resto de la mañana y parte de la tarde a la sombra de los árboles y a la vera del río.
Hicimos una caminata por los alrededores y por supuesto tomamos sol hasta que las mosquitas nos dijeron sutilmente ¡Váyanse! Y así fue, con alguna que otra picadura seguimos por la RS70 con intención de llegar a Christchurch.
De camino buscamos alguna playa para pasar la tarde y fue así que paramos en Leithfield, pero el clima era completamente diferente al de la pequeña villa a pie de la montaña. Un viento incesante nos invitaba a no quedarnos y si a eso le sumamos el parking lleno de autos, Bingo!!
Christchurch
Manejamos así por la RS1 hasta la ciudad más nombrada de los últimos meses. Paramos en New Brigthon y nomas entrar en los alrededores de la gran ciudad, ya se pueden apreciar los destrozos ocasionados por los terremotos que arrasaron con el área en los meses anteriores.
Terremoto que provoco derrumbes inéditos, pérdidas incalculables e inundaciones graves, daños materiales irreparables y lo peor, causando dolor y sufrimiento a los familiares de las 180 personas que perdieron la vida.
Christchurch, zona roja debido al terremoto
Estuvimos un buen rato allí frente al mar y luego nos dirigimos al centro de la ciudad donde el paso del terremoto es más pronunciado que en los alrededores. Toda la zona céntrica de Christchurch esta precintada y considerada como “zona roja” de alto riesgo de derrumbe.
Decenas de locales cerrados, edificios históricos derrumbados y calles y veredas devastadas, te dan la bienvenida a una de las ciudades mas importantes de Nueva Zelanda, no solo por ser centro de actividad económica, sino también por su importancia histórica que la convierten en una de las primeras ciudades fundadas de este país tan nuevo.
Hagly Park
Es así como se puede ver en ella el paso que las culturas europeas hicieron hasta en los sitios más recónditos del globo. Para la hora de los mates estábamos instaladísimos en el Hagly Park que junto con el Jardín Botánico, son el pulmón de la ciudad y el sitio que todos elijen para pasar allí las tardes en familia junto al río Avon.
El 27-12-12 nos despertó temprano el trafico por las calles de la ciudad, lo que nos motivo a desayunar e irnos, esta vez a la playa!!! Tomamos la R75 internándonos en la península Banks… con intención de llegar a Akaroa.
Esta península es el resultado de un conjunto de violentas erupciones volcánicas. Las bahías de Akaroa y Lyttelont (al otro extremo de la península) son el legado pintoresco que las fuerzas de la naturaleza le dejaron al país. Allí estábamos admirando la indescriptible belleza que nuestras retinas tenían el privilegio de observar.
Nada que el hombre pueda hacer, es capaz de compararse con la inmensidad de la creación de la misma naturaleza. Y allí estábamos nosotros, parando cada vez que un escenario increíble se dejaba ver.
Las paradas fueron en Barrys Bay y Robinsons Bay, hasta que llegamos al pueblito, estilo francés, que nos cautivó sobremanera. Por un instante no sabíamos si estábamos en Europa o que!! banderas francesas por todas partes y cafés y restaurantes de cocina francesa con nombres bien marcados.

Así y todo, nos enamoramos del lugar y, viendo que era temprano, nos quedamos a pasar el resto del día allí. Después del paseo típico de reconocimiento del área nos quedamos “larveando” en la playa.
Para la hora del mate cambiamos de lugar y nos fuimos a Robinsons Bay, donde la soledad y la sombra de un árbol nos recibían con augurios!!!.
Esa tarde-noche decidimos hacer algunos kilómetros mas y llegar a Ashburton para adelantar un tramo al trayecto del día siguiente.
Un área de pic-nic con parrilla y agua potable era el sitio indicado, perfecto para pasar la noche y la mañana siguiente. Un nuevo tramo se tachaba en la libreta de visita y miles de nuevas fotos se atesoraban en nuestras pupilas bajo el manto de otra noche estrellada en North Canterbury.