La noche del 31-10 nos encontró esperando el colectivo de la empresa Horianski en la terminal de Iguazú. Viajamos toda la noche y llegamos a Posadas la mañana del 1-11, donde tomaríamos el próximo ómnibus a Salta.
Sobre las 13:15hs el coche de la empresa La Nueva Estrella que estacionó en la plataforma 23… era el nuestro!!! Íbamos con destino Resistencia (Pos-Res 89 pesos) y allí haríamos trasbordo a un bus de la misma compañía (Res-Sal 241 pesos) llegando a Salta capital sobre las 8hs del día 2-11.
Visitamos así el museo “Casa Hernandez” donde se recrea la vida cotidiana de la ciudad, sus vivencias y acontecimientos históricos desde el periodo prehispánico hasta la actualidad (entrada gratuita, se deja contribución).
Seguimos el paseo por el centro hasta llegar a la Plaza 9 de Julio. Esta es la plaza principal de la ciudad y el centro de su vida cotidiana. Cuenta con más de 80 variedades de árboles y plantas autóctonas y el monumento al gral. J. A. Alvarez de Arenales (héroe de la Independencia) rodeado por musas que representan las provincias existentes en aquel entonces.
Bordeando la plaza se encuentra el Cabildo que data de 1582 que fue declarado monumento histórico Nacional. Sobre la calle España se aprecia, imponente y bella, la Catedral Basílica.Luego del almuerzo, nos fuimos al cerro San Bernardo cuyo ascenso puede hacerse en automóvil, a pie o bien en el teleférico que parte del parque San Martín (25 pesos ida y vuelta). Nosotros preferimos pagar un remis hasta la cima (10 pesos) y apreciar una espectacular vista de la ciudad recostada en la amplitud del valle de Lerma, desde 269mts.
Bajamos a pie por unas escaleras que realizan el circuito del Vía Crucis, solo que lo hicimos en sentido contrario!! La hora del mate nos encontró en el Parque San Martín disfrutando de una hermosa tarde de calor salteño. Por la noche fuimos a caminar por la zona de la estación de tren donde hay unas cuantas peñas y tiene bastante vida nocturna.A la mañana siguiente el colectivo de la línea 7E nos llevó a una villa veraniega llamada San Lorenzo. Se encuentra a 12 km de Salta capital y es un sitio fresco y acogedor.
Casi llegando a destino, sobre las 14hs, Javi sintió los primeros síntomas del apunamiento, a pesar de haber mascado coca y chicle. Antes de que el tren parara en destino tuvo que hacer una visita técnica e inesperada al baño del vagón. Por suerte no fue ni el primero ni el único formando así el club de los oxigenados. Los llamamos así a todos los miembros del vagón que tuvieron que recibir oxígeno para aliviar los síntomas del apunamiento (dolor de cabeza, mareo, vómitos).
El paisaje, infinitamente hermoso, se quedó plasmado en las retinas. Cada montaña con su color distintivo, los cactus que podían alcanzar los 8 metros de altura, los pueblos perdidos en el medio de la nada y sus habitantes que se acercan al tren, cuando este se detiene, para intentar vender alguna que otra artesanía.
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